Tras la investigación abierta por Renfe se propone
una penalización a la empresa Segurisa por la actitud de los vigilantes
involucrados en el incidente.
La empresa pública descarta que la agresión
desvelada por eldiario.es tuviera un carácter racista y dice que así
lo reconoció el propio perjudicado ante la Policía.
Renfe ha decidido iniciar el proceso sacionador
contra la empresa Segurisa, encargada de la seguridad en la madrileña estación
de Atocha. La reacción de la empresa pública se produce tras la agresión
sufrida el pasado día 11 por un pasajero negro a manos de un grupo de
vigilantes, que fue grabada por varios viajeros y provocó la
respuesta de SOS Racismo. Pese a la decisión de iniciar el proceso
sancionador contra la empresa, Renfe asegura que el incidente no tuvo carácter
xenófobo y califica como "inadmisibles" las actitudes tanto de los
vigilantes como del pasajero.
Renfe
se apoya en las declaraciones que el propio perjudicado realizó en medios de
comunicación y en la comparecencia ante la Policía para descartar el carácter
racista del incidente. A través de un comunicado, la compañía afirma que
durante la discusión entre vigilantes y pasajero hubo "un constante
intercambio de descalificaciones inadmisibles por ambas partes".
A
través de un comunicado, la empresa de ferrocarriles asegura que "no
acepta ni aceptará entre sus trabajadores ni en las contratas que trabajan con
la compañía, ningún comportamiento que contravenga los derechos humanos ni
altere las más elementales normas de convivencia y respeto a cualquiera de sus
viajeros con independencia de su raza o religión".
La
empresa responsable de la seguridad en esa estación tiene ahora la oportunidad
de presentar alegaciones, por lo que la sanción no es definitiva. Según
confirma Renfe, uno de los trabajadores de seguridad presentó una denuncia
contra el pasajero, acompañada de un parte de lesiones.
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